martes, 6 de mayo de 2008

Semana Santa

Cada año es más especial.
Primero en travesía hacia nuestro rincón. Cuánto me gustaría que nos lo encontrásemos así cada vez que fuéramos a verlo.

Me encantó ver la luminosidad que anunciaba la primavera. Pero lo mejor fue que me impregné de esa luz, se acercaba la hora de estar con los míos y el paisaje no podía pregonarlo mejor.









Recorriendo sus calles, volviendo al XVI. Siempre me parecerá que descubro algo nuevo en el entramado de su corazón. Nunca discurro por el mismo camino, nada parece igual al año anterior, ni si quiera será similar al siguiente. Se convierte en alguien más, alguien que estoy encantado de conocer y seguir conociendo siempre.






Mis orígenes son el broche a aquellos días maravillosos. Siempre me quedo vacío cuando todo termina, y más este año cuando tengo que marcharme a la ciudad que me acoge. Y aún más este año cuando pude compartir todo esto, cuando pude volver a estar entre ustedes.



¿Siempre volveremos aquí, verdad?

2 comentarios:

lasalassonparavolar dijo...

Siempre cariño. Si Dios quiere...

Anónimo dijo...

Siempre volveremos a ese sitio cariño. Si Dios quiere...